Todo el mundo conoce Burgos por su catedral, sin embargo es
una ciudad que si la recorres te sorprenderá en más de un aspecto. Lo mejor
para disfrutar del casco histórico de Burgos es reservar un hotel céntrico,
nosotros escogimos el Hotel Centro
Los Braseros, que se encuentra en todo el meollo, el único inconveniente es
que es zona azul, pero como nosotros fuimos en días festivos no tuvimos ese
problema.
Su monumento por excelencia es su fabulosa catedral, por desgracia nosotros al llevar un bebe no entramos a verla, ya que sabíamos que no íbamos a poder disfrutar de ella, pero por fuera es impresionante, se puede ver desde diferentes ángulos y todos ellos te sorprenden. Por supuesto hay que admirarla a diferentes horas del día para poder apreciar su grandiosidad. La tarifa es de siete euros por personas e incluye audioguía. Es gratuita los martes por la tarde a partir de las 16.30 horas.
En Burgos no sólo está la catedral tiene numerosas iglesias,
algunas de ellas abiertas al público, una de las más bonitas, se encuentra
justo al lado de la catedral en la calle Fernan González, se trata de la
iglesia de San Nicolás y si está abierta vale la pena entrar para ver su
particular retablo.
Donde sí que entramos fue al Arco de Santa María, si subes
hasta uno de sus torreones tienes una bonita vista del Paseo del Espolón de
Burgos, un precioso parque donde puedes dar un agradable paseo. La visita es
gratuita y en su interior hay exposiciones de pintura. No obstante, el Arco de
Santa María es una de las puertas del casco histórico de Burgos y es más bonito
por fuera que por dentro.
Otro de los lugares que no os podéis perder, sobre todo para
los amantes de la Prehistoria, es el Museo de la Evolución Humana. La entrada
cuesta seis euros y es un museo enorme, donde se pueden observar los diferentes
hallazgos que ha realizado el hombre hasta ahora. Además, es muy didáctico, por
lo que los niños pasaran un agradable rato. Eso sí reservar por lo menos un par
de horas por la gran extensión que tiene.
Los amantes de la historia no pueden perderse la visita al
castillo de Burgos, se encuentra en el alto de la ciudad, pero la verdad es que
no se tarda mucho en llegar, incluso con carrito de bebe que hay que dar más
vuelta tardamos poco más de media hora. Nosotros no entramos porque no se podía
con carrito y ya la peque pesa un poco para llevarla todo el rato en brazos. La
entrada cuesta 3,70 euros. Justo debajo del castillo hay un bonito mirador de
la ciudad. A nosotros nos lo recomendaron mucho desde la oficina de turismo,
pero la verdad es que no es nada del otro mundo.
Lo que sí destacaría es el tren turístico, para los que
seguís mi blog sabéis que me encanta los bus turísticos, así como los trenes.
Hace unos meses estuve en el de Santiago
de Compostela y la verdad es que me decepcionó un poco, ya que el recorrido
de la ciudad lo hace por las afueras porque no puede realizarlo por el casco y
pierde un poco, pero el de Burgos está muy bien ya que pasa por todos los
monumentos emblemáticos de la ciudad, se puede hacer tanto de día como de noche
y la verdad es que es una buena forma de conocer la ciudad, nosotros lo hicimos
por la noche con todos los monumentos iluminados y fue espectacular.
Antes de finalizar mi paso por esta preciosa ciudad, no
podía dejar de nombrar otros dos de sus monumentos más emblemáticos el
Monasterio de las Huelgas y la Cartuja de Miraflores. Para entrar al primero
hay que pagar seis euros, mientras que el segundo es gratuito. Se encuentran un
poco retirados del casco y por ello no visitamos ninguno de los dos, ya que
íbamos con el tiempo un poco justo, pero si estáis el tiempo suficiente podéis
hacer ambas visitas.
Nosotros visitamos Burgos en diciembre y estaban ya todos
los adornos navideños y la verdad es que la ciudad estaba aún más bonita,
además si vais con niños tenéis varias atracciones en las que montarlos como un
par de tiovivos, un tren infantil, una noria y un mercado navideño para comprar
los regalos de Navidad.
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