Este año de vacaciones tocaba ir a Galicia y decidimos hacer
un parada es Astorga, ya que es un pueblo que tenía muchas ganas de ver. La
verdad es que es municipio que se recorre con bastante facilidad y en el que
los más golosos podrán parar en una de sus múltiples pastelerías para catar
algún que otro dulce, incluso tienen un museo dedicado al chocolate, pero
decidimos no entrar, ya que las críticas no eran muy buenas. Si os animáis
cuesta 2,50 euros.
En Astorga, hay varias monumentos que visitar, por un lado
está la catedral y por otro el Palacio Episcopal de Gaudí. Llegamos al mediodía
y estaban cerrando los dos, por lo que no los pudimos visitar, este último me
llamaba bastante la atención, pero no dejaban entrar con carrito así que
desistí. Las entradas a los dos monumentos cuestan cinco euros si la coges
conjunta. Y aunque no decidáis entrar, no dejéis de visitar los preciosos jardines del Palacio.
No obstante, lo que me quede con ganas de hacer y por ello volveré en un futuro es la ruta romana, que cuesta cuatro euros y tiene una duración de casi dos horas y una guía explica los restos arqueológicos de esta época.
Tras dar un paseo por sus preciosas calles y ver la oferta
culinaria decidimos sentarnos en el Café Bar Pasaje. Como muchos sabéis lo
típico de esta ciudad es degustar el cocido maragato, pero es un plato muy
contundente, por lo que decidimos degustar un menú en este bar restaurante y la
verdad que no defraudó, unas tablas de embutidos muy ricas de la tierra con una
deliciosa cecina, así como una ración generosa de pulpo y un filete de ternera
con patatas. Y si paráis en este establecimiento no dejéis de probar su rico
flan de café, así como su deliciosa tarta de la abuela.
Nuestro viaje continuó hasta Ponferrada, donde hicimos noche
en el Hotel El Castillo, un precioso establecimiento de tres estrellas que se
encuentra muy cerca del precioso castillo de la localidad. Allí por las noches
pudimos visitar varios bares del casco históricos en los cuales se podían
degustar unas ricas tapas, algunas incluso nos sorprendieron. Entre todos
destacaría el bar la Escandalera, donde por cinco euros se puede degustar una
rica tapa de jamón de jabugo y si podéis elegir pincho no dejéis de probar su
tortilla de bacalao, así como su rollito vegetal.
No obstante, lo que más destaca de esta ciudad, al margen de
sus preciosas calles es el Castillo de los Templarios, hace unos años pasamos
por allí, pero al ser lunes no pudimos visitarlo, porque estaba cerrado, pero
esta vez no me lo perdí, pero esta aventura la dejo para una nueva entrada, que
espero que os guste.
Un viaje precioso y unas fotos muy dulces, deseando que llegue la próxima entrada para ver ese castillo que me llama la atención.
ResponderEliminarUn besito y feliz semana.
Muy bonito esta parte del viaje que has contado, a nosotros nos encanta hacer lo mismo. Si de camino hay alguna población interesante de ver, nos paramos y la vemos. Me encanta esta parte de castilla y león. Tengo que volver a verla, porque nos encanto.
ResponderEliminarY gracias por tus sugerencias, las tendremos en cuenta.
Un beso
Muy divertido y dulce viaje, gracias por compartirlo, besotes
ResponderEliminarMe encanta como cuentas vuestra andanza por mi tierra ,donde hay muchas cosas bonitas para visitar .Gracias por compartirlo Un besazo
ResponderEliminarLaura lo mejor de los viajes, es los buenos recuerdos que nos traemos, el tiempo siempre es poco, para ver o hacer todo lo que quisiéramos, pero aún así como dice el refrán lo bueno si breve, dos veces bueno. Un bonito post. BSS.
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