El año
pasado para Reyes nos regalaron una caja con una noche con estancia que
decidimos utilizar el pasado mes de noviembre. El lugar escogido fue La Rioja,
un municipio llamado San Asensio, cerca de la conocida ciudad de Haro. La
verdad es que tenía muchas ganas de visitar la zona de la Rioja, sobre todo
para catar sus vinos. Fue un
viaje fugaz, pero me quedó un buen sabor de boca, por lo que espero volver
pronto para descubrir un poco más esta tierra.
Nuestro
viaje comenzó el sábado por la mañana por lo que llegamos sobre las doce a
Santo Domingo de la Calzada, un bonito pueblo, en el que sobre todo llama la
atención su catedral, la cual sólo vimos por fuera, ya que te cobraban la
entrada. Dimos una breve vuelta por sus calles en las que había bastantes
comercios, entre ellos varias pastelerías y panaderías, aunque tener cuidado
porque sus precios son un poco excesivos. Como estaba lloviendo decidimos
seguir nuestro viaje hasta la ciudad de Haro, donde decidimos comer.
Haro es
una ciudad bonita, con un casco antiguo con numerosos bares que te ofrecen una
gran variedad de pinchos, por lo que decidimos comer de aperitivos en vez de
hacerlo de menú, aunque fijándonos en los diferentes restaurantes del centro,
la realidad es que se podían degustar menús muy apetecibles por diez o doce
euros, por lo que para ser un sábado al mediodía no eran nada caros.
Tomamos
el vermú en tres bares distintos y la realidad es que los pinchos estaban
exquisitos decidimos probar una tortilla rellena, calabacín con queso, unas
patatas bravas y jamón con queso de cabra. Los precios no son excesivos, aunque
más caros que en los pueblos pequeños donde estuvimos por la tarde.
Como la
lluvia continuaba decidimos dar una vuelta por Haro y buscar la casa rural en
San Asensio. Se llama El Mirador
de la Chana, es una casa muy acogedora, donde las habitaciones están
ambientadas en las casas de antes con su palangana y su calentador de camas.
El pueblo estaba al lado, pero decidimos
coger el coche para acercarnos al pueblo de al lado, Briones, donde se
encuentra la bodega Vivancos, que cuenta con su propio museo. La realidad es
que no entramos, porque nos parecía algo caro y durante 2011 ya habíamos realizado
dos catas y visitas a bodegas en Oporto y Peñafiel y decidimos que con el poco
tiempo que teníamos en La Rioja preferíamos disfrutar sus pueblos.
Briones
es un municipio bonito que se encuentra en lo alto de un cerro, dimos una
vuelta y tomarnos algo en un bar, ya que se nos hizo de noche. A continuación,
volvimos a San Asensio y nos acercamos al centro del municipio donde hay varios
bares con pinchos para poder cenar y la gente te trata como uno más del pueblo.
Probamos diferentes vinos de la zona bastante buenos, pero sobre todo catamos
El Señorío de la Estrella.
Al día
siguiente nos levantamos, y tras degustar un gran desayuno en la casa rural,
decidimos acercarnos a una bodega a comprar vino, porque si se va a esta zona
de España y te gusta el vino es algo imprescindible. Decidimos terminar nuestro
viaje en Logroño, por lo que recorrimos la zona centro, donde se pueden
degustar grandes tapas con sus respectivos vinos, el problema es que como había
que conducir no pudimos disfrutarlo como se merece, por lo que esto nos
obligará a volver en un futuro próximo para contaros los mejores bares y
pinchos de Logroño capital.
Que buen paseo riojano! a ver si pronto nos podemos escapar en petit comité con conductor que no beba jijijiji
ResponderEliminarPues íbamos a ir a la semana que viene un día, pero al final por presupuesto no podemos, pero bueno la idea la tenemos en mente y que no decaiga.
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