jueves, 21 de marzo de 2013

Lanzarote, un pequeño trozo de luna en la tierra



Cuando viajamos a Fuerteventura decidimos realizar una excursión a Lanzarote y disfrutar del Parque Nacional de Timanfaya, donde se pueden observar una gran variedad de fenómenos geológicos relacionados con la naturaleza volcánica de la isla.

 


Cogimos un ferry desde Fuerteventura que tardó apenas media hora. Es un viaje muy agradable, eso sí los que seáis propensos a quemaros daros bastante crema para poder disfrutar de la cubierta del barco. Llegamos a Lanzarote, y como habíamos contratado una excursión, en el propio puerto nos estaba esperando el autobús para llevarnos directamente al Timanfaya.


Para conservar este parque nacional únicamente se puede realizar el trayecto en autobús, aunque antes de entrar te ofrecen un pequeño paseo en camello que nosotros no hicimos. Asimismo, antes de disfrutar de los diferentes paisajes del parque, un empleado te ofrece una demostración sobre las altas temperaturas que existen en el interior de la tierra de esta zona. Para ello utiliza una rama que mete en un agujero y en cuestión de segundos comienza a arder y echa un cubo de agua en otro agujero más pequeño y sale enseguida el agua como una especie de géiser. Además, antes de entrar al parque han abierto el restaurante El Diablo que aprovecha el calor interior que emana de la propia tierra de Timanfaya para cocinar los platos más típicos. 


Tras la visita al parque, que podéis ver más detalladamente en el vídeo, nos dirigimos a la zona de La Geria, donde se encuentra las viñas de esta hermosa isla. Los habitantes han realizado unos hoyos donde plantan la vid para luego elaborar el vino. Nos dieron a degustar dos vinos de la zona, pero la verdad es que no nos gustaron demasiado.


A la hora de comer terminó nuestra excursión, pero como teníamos el billete del ferry abierto decidimos darnos un paseo por el puerto de Lanzarote, que está lleno de tiendas de souvenirs y restaurantes. Tras realizar varias fotos al mar y realizarnos algunas con las esculturas del puerto decidimos volver a Fuerteventura para disfrutar de una tranquila tarde en la piscina del hotel. 


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