Hoy os
contaré uno de los viajes más especiales que he realizado. Lo malo es que no os
voy a poder dar muchos detalles, ya que lo realicé en el 2006, aunque como fue
mi primer viaje de verdad lo recuerdo con mucho cariño y es uno de los destinos
a los que espero volver. Se trata de la Riviera Maya. La realidad es que
elegimos este viaje por el precio tan suculento que nos ofrecían en la agencia
1.200 euros para dos personas, con avión, hotel todo incluido y traslados.
Cuando
llegas a la península de Yucatán lo que más te llama la atención al bajarte del
avión es el calor que hace y que no paras de sudar en ningún momento, esto se
debe a la humedad que existe tanto en esta península mejicana como en el resto
del Caribe, pero tener cuidado y que no os atrape, porque entonces no podréis
disfrutar de vuestras vacaciones.
El
hotel elegido ha sido uno de los mejores en los que hemos estado en nuestra
vida, y era uno de los baratos, así que no me quiero imaginar como serán los
caros, se llama Hotel
Catalonia Yucatán Beach. Cuenta con numerosos restaurantes, una playa
alucinante y varias piscinas, por lo que hay gente que no salía de allí en sus
vacaciones; sin embargo nosotros no habíamos estado casi ocho horas en una
avión para quedarnos en un complejo. Lo primero que hicimos fue alquilarnos un
coche para recorrernos la península. No hay ningún problema y es un país muy
seguro lo único que nos recomendaron fue que si nos paraba la policía que la
sobornáramos, porque con los turistas todo funcionaba así.
El
hotel contaba con numerosos establecimientos hosteleros, pero si tuviera que
destacar algunos sin ninguna duda sería la crepería, ya que los postres estaban
exquisitos y como estaba en una especie de azotea tenías unas vistas preciosas
del mar. También haría hincapié en el bar que se encuentra dentro de la piscina
con un pequeño jacuzzi que sirve pare relajarte cuando vuelves de excursión. El
resto de los restaurantes eran bastante correctos, había algunos de carta y
otros de buffet, así que si querías te podías pasar todo el día comiendo y
bebiendo. Eso sí tener cuidado con la comida, porque pica; en este tipo de
hoteles como son la mayoría turistas no suelen abusar mucho del picante, pero
algunos alimentos siempre lo llevan.
El
primer día decidimos acercarnos a Playa del Carmen es un lugar bonito con
numerosos puestos en los que puedes comprar souvenirs típicos del país, sin
embargo os recomiendo que os acerquéis a algún pueblo más pequeño donde serán
de mejor calidad y más baratos. Por ejemplo en un pueblo llamado Puerto Morelos,
nosotros pasamos una tarde allí y es un sitio mucho más tranquilo que Playa del
Carmen, donde hay varias tiendas con los mismos productos. Además, tienen un
pequeño supermercado donde nosotros adquirimos varias cosas a precios muy
reducidos.
Al día
siguiente disfrutamos de las ruinas de Tulum, que se encuentran al lado de la
playa, por lo que os podéis llevar bañador y disfrutar de las dos cosas. Para
mí fueron las que más me gustaron por el paisaje tan bonito con el mar de
fondo. Además, las entradas tanto a este monumento como a los restantes eran
muy baratas, por lo que sale muy económico si lo comparamos con las excursiones
que te ofrecen en los hoteles.
Nuestra
siguiente excursión fue a las ruinas de Coba que se encuentran en plena selva,
hace menos calor que en las anteriores, pero están peor conservadas. Lo bueno
es que a la entrada puedes alquilar a un mejicano que te lleva en una especie
de carro por todas las ruinas, por lo que apenas te cansas hasta que llegas a
la pirámide de Nohoch Mul, que cuenta con 42 metros de altura y más
de cien escalones, lo que te da unas vistas preciosas de todo el recinto. El
problema es bajar, ya que la piedra está muy desgastada y la pendiente es
bastante pronunciada por lo que puede dar algo de vértigo. De vuelta al hotel
paramos para ver un cenote. Son una especie de cuevas con aguas subterráneas
que existen por todas la península y en algunos de ellos puedes bañarte.
Cancún
fue nuestro siguiente destino. La verdad es que no nos llamó mucho la atención,
Cuando contratamos el viaje en la agencia nos dijeron que nos alojáramos mejor
en la Riviera Maya que en Cancún, ya que esta zona era más bien para turísticas
americanos. Cuando entramos en la ciudad vimos algo de pobreza, pero enseguida
nos fuimos por las zonas turísticas y a parte de hoteles y tiendas, la ciudad
tiene poco más, por lo que no es algo que recomiende.
Al día
siguiente, teníamos contratada una excursión con el hotel para ver las ruinas
de Chichén Itza, las más impresionantes de la península y donde peor se pasa,
ya que no hay sombras y con el calor que hace cuesta mucho moverse. Pero merece
la pena verlas por la gran pirámide de Kukulcan, aunque ya no dejan subir
debido a que se han matado varias personas por lo que solo se puede ver desde
abajo. En este recinto también se puede ver un laberinto y te explican como los
mayas jugaban a la pelota. La vuelta hasta el hotel era de más de dos horas e hicimos una parada en la ciudad
de Valladolid, una villa colonial con un gran iglesia, fue la única ciudad de
este estilo que vimos, aunque el guía nos señaló que eran todas parecidas.
Nuestra
última salida la hicimos al parque de Xcaret,
aunque en un primer momento fui algo reticente a entrar en este parque, sobre
todo por el precio, la verdad es que luego me sorprendió gratamente. En un
mismo parque engloban la cultura maya, la mejicana, la vegetación y los
animales de la península. Sobre todo si vais con niños os aseguro que les
encantará, ya que se pueden ver diferentes especies de animales que llamaron
nuestra atención como los manatíes o el acuario dónde hacía una temperatura de
lujo y daban ganas de quedarse. Para los acuáticos hay varios cenotes que
comunican las diferentes áreas del parque e incluso se puede uno bañar con
delfines y tiburones, lógicamente con un coste adicional. Además hay mucha
vegetación que rodea todo el parque, y la cultura maya y mejicana queda
reflejada en diferentes instalaciones y atracciones, aunque a mi lo que más me
llamó la atención fue la representación de las tumbas de un cementerio. La
visita al parque termina con una gran representación de las diferentes culturas
que han estado asentadas en esta tierra, un espectáculo nocturno que merece la
pena.
Los
últimos días decidimos pasarlos en el hotel para descansar de las vacaciones,
disfrutar de los diferentes bares e incluso yo aproveché para hacerme trenzas
en el pelo. Un viaje perfecto con una gente muy amable que en todo momento se
desvivía para que el turista estuviera cómodo. Así que ya sabéis comenzar a
ahorrar para daros un capricho este verano. Nosotros realizamos este viaje en
octubre cuando se supone que es la época de ciclones, pero la verdad es que no
vimos ni una sola nube, al contrario los días que estuvimos en la playa hacía
un sol radiante y el agua ha sido la más cristalina que he visto en mi vida. Un
pequeño lujo para desconectar de las preocupaciones del día a día.
Se te olvidan un montón de sitios que visitar...discoteca Coco Bongo, viaje a Isla Mujeres en barco y barra libre, discotecas varias de Playa del Carmen...jejeje
ResponderEliminarClaro yo cuento lo que hice en el viaje. Por ejemplo a la Isla Mujeres no fuimos porque no nos lo recomendaron y en playa del Carmen estuvimos sólo una tarde. Es que cuando se va de viaje de fin de curso no es lo mismo que ir en pareja. Seguro que si te hubieras ido con tu churri jaja. Pero vamos cuéntame tu viaje y lo publicó en el blog que seguro que a los jovenzuelos les gusta más jaja
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