jueves, 11 de abril de 2013

Túnez, un viaje divertido y barato



Hace unos años, justo antes de que comenzara la Primavera Árabe, estuvimos de vacaciones en Túnez. La verdad es que fue un viaje muy barato (unos 400 euros por persona) y divertido, aunque no sé debe olvidar en ningún momento que se está en un país árabe y eso significa que tienen costumbres bastante diferentes a las nuestras y no siempre tratan con mucho respeto a las mujeres. No obstante, cuando llegamos a Túnez ellos intentaban vender al turismo que eran el país árabe más occidentalizado, y en parte puede que tuvieran razón, aunque claro tras las revueltas, seguramente no se pueda decir lo mismo.

Nuestro viaje tenía parte de circuito y luego varios días en la zona de Hammamet, que es una zona de playa cerca de la capital. Nuestro hotel era el Vincci Taj Sultán. La verdad es que el hotel estaba muy bien, contaba con muchas zonas comunes, varias piscinas y acceso a la playa. Nosotros lo cogimos sólo con desayuno para podernos mover libremente, pero existe el Todo Incluido como en el Caribe; lógicamente los hoteles no son como los de allí ni el todo incluido tampoco, pero la gente que lo contrató también estaban contentos, así que en función del tiempo que queráis pasar en el hotel lo hacéis de una forma u otra.
 
Tras la primera noche en nuestro hotel, comenzaba el circuito por el desierto. Nuestra primera parada fue El Djem para admirar su magnífico anfiteatro romano. Son las ruinas que más me gustaron sobre todo porque se encuentran muy bien conservadas.
Nuestro siguiente destino fue Matmata, que es un lugar conocido por haber sido escenario de la película “La Guerra de las Galaxias” y así observar las llamadas casas trogloditas que están excavadas en la montaña. Allí las mujeres de la zona enseñaban a los turistas como moler trigo y se podía ver como vivían antes los nómadas y como conseguían sus provisiones.

Fuimos a almorzar a un restaurante, la verdad es que en los lugares turísticos se comía relativamente bien, aunque siempre hay que tener cuidado en los países árabes, ya que más de uno de nuestro grupo padeció diarrea. Tras la comida contratamos una excursión opcional para visitar el desierto a lomos de un camello. La verdad es que para mí fue una experiencia mala, porque no me gusto nada el paseo, pero las vistas del desierto fueron espectaculares. Finalizamos la jornada volviendo al hotel, que incluía cena tipo buffet. Como este viaje lo hicimos hace unos años no me acuerdo del hoteles del circuito, pero fueron todos bastante aparentes.


Al día siguiente, la excursión se hacía en 4x4. Fuimos al desierto y nos dieron varias vueltas por las dunas, que hicieron que se subiera nuestra adrenalina, no obstante fue una experiencia muy divertida. A continuación, visitamos el Chott El Jerid, un inmenso lago salado en el que se puede observar un fenómeno óptico que distorsiona los objetos que se ven en el horizonte.
Continuamos la jornada visitando Nefta, es un lugar paradisíaco y aunque parezca mentira también hay cascadas en Túnez, aunque sean pequeñas. Además, está rodeado de centenares de palmeras. El problema es que el día que fuimos a ver este paisaje hacía mucho calor y nos costó un poco, ya que aunque hay palmeras no hay muchas sombras, pero llevando agua se solventa cualquier problema. Daros cuenta en que época vais a viajar a Túnez, nosotros lo hicimos en octubre y aún así sigue haciendo calor, por lo que en ningún caso recomiendo visitar este país en verano, ya que os podéis achicharrar. 

Por la tarde disfrutamos de las montañas de Chebika y Tamerza y del desierto de Oung Djmel. Por la noche fuimos a una cena típica, antes de ir nos llevaron a una especie de casa-museo, donde pudimos ver trajes y costumbres árabes muy trabajados y que llamaron bastante nuestra atención. El espectáculo, que está totalmente orientado hacia los turistas, se celebra en un complejo con grandes haimas, donde unos caballos árabes ofrecen algunas acrobacias. A continuación, pudimos ver escorpiones y serpientes, tened cuidado porque como me paso a mí te pueden sacar para tocar algunas de ellas y para realizar algún juego, y puede dar un poco de asco. La velada terminó degustando una cena típicamente tunecina, yo apenas probé nada, pero menos mal porque al día siguiente hubo gente que se  puso enferma. No obstante, lo que más llamó la atención fueron los diferentes espectáculos que iban ofreciendo mientras la gente degustaba su cuscús como la danza del vientre, grupos de música tradicional o malabares. Había un hombre que conseguía colocarse más de diez jarrones encima de la cabeza, algo bastante impresionante.

Al día siguiente nuestro primer destino era Tozeur, donde vimos como los tunecinos recogían los datiles, nos dieron para probar y para fumar en unas pipas. El viaje continuó hacia Kairouan, que para los suníes es la cuarta ciudad santa del Islam tras La Meca, Medina y Jerusalén, allí pudimos ver su hermosa mezquita y numerosas tiendas, aunque la verdad es que la ciudad no tiene nada del otro mundo. Ese día dormimos en esta misma ciudad para al día siguiente por la mañana volver a Hammamet.

 
En Hammamet estuvimos tres días, daros cuenta que es una ciudad costera llena de complejos hoteleros y restaurantes, por lo que nosotros decidimos realizar alguna excursión para que la estancia no se nos hiciera muy larga. Te ofrecen varias desde la agencia, pero como conocíamos ya a la gente del grupo decidimos juntarnos unos cuantos contratar unos taxis-furgoneta y hacerlas por nuestra cuenta, que siempre sale más barato. No obstante, el día que llegamos decidimos dedicarlo a descansar, disfrutar un poco del hotel y dar una vuelta por el centro de Hammamet, donde se pueden comprar souvenirs a buen precio como pulseras grabadas con tu nombre en árabe y tomar deliciosos tés, aunque me gustaron más los de Turquía.

A la jornada siguiente comenzamos con nuestra excursión a Túnez, Cartago y Sidi bou said. La capital es muy grande y la verdad es que nosotros la única parada que hicimos fue en el mercado, ya que el resto no nos lo recomendaron. Como en la mayoría de los países árabes, hay que regatear con los comerciantes, algo que a mí personalmente me pone muy nerviosa, pero bueno es lo que toca, si no te gusta te puedes ir a tiendas de souvenirs donde hay precios fijos. La excursión continúo hacia Cartago, donde pudimos ver sus ruinas y su museo. Éste último está bien conservado, así como parte de las ruinas de Cartago, aunque hay zonas que no lo están tanto.

El día finalizó con la visita a Sidi bou said, donde se  puede recorrer sus preciosas calles con sus casas blancas y sus puertas azules. Tiene cierta similitud con algunos pueblos del sur de España. No obstante, este municipio está lleno de tiendas en las que también se pueden comprar recuerdos. Bajo mi punto de vista bastante mejores que las que encontramos en el mercado de Tunez capital.

El último día lo dedicamos a disfrutar del hotel y de su playa y decidí probar el centro de balneoterapia que tiene el hotel, donde se puede contratar los servicios de un baño turco, por probarlo no está mal, pero os voy a explicar en qué cosiste por si sois un poco vergonzosas como yo para saber a qué ateneros. Lo primero que hacen es limpiarte el cuerpo con una especie de estropajo para que se abran bien los poros y salgan todas las impurezas, algo que es un poco desagradable y te deja la piel totalmente roja e irritada, pero no os preocupéis que a lo largo del día desaparecen. A continuación, pasas por un par de duchas para terminar en una sauna mixta con una especie de barros sobre el cuerpo. Está bien el tratamiento y es muy barato, el único problema que los lugares son mixtos, pero por probar la experiencia está bien. Lo único que os puedo decir es que si os apetece un viaje barato y divertido escojáis Tunez, siempre y cuando sepáis donde os metéis.

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