Ayer
estuvimos disfrutando de uno de los mejores carnavales de la provincia, “Los
Diablos” de Luzón. Todo comienza después de comer cuando algunos vecinos de la
localidad comienzan su ritual de disfrazarse, se colocan sus ropas negras, se
embadurnan la piel con hollín, se colocan sus grandes cuernos y cencerros y se
meten en la boca un trozo de patata que les sirve para refrescarse.
Pasadas
las cinco de la tarde comienzan a recorrer las calles del municipio asustando a
vecinos y visitantes. Acompañándoles se encuentran las mascaritas, que van
ataviadas con ropas antiguas, pañuelo en la cabeza y se cubren la cara con
telas blancas para no ser tiznadas por Los Diablos.
Los
vecinos y visitantes que no quieren ser pintados por estos personajes deben ir
disfrazados y cubriéndose la cara con telas o con otro tipo de mascaras. Ayer pudimos
ver disfraces tan peculiares como el de Mary Poppins y el desollinador, unos
enanitos, todo tipo de animales e incluso algunos burlones que hacían
referencia a la situación que está viviendo el país.
Los
Diablos estuvieron acompañados por unas dulzainas que amenizaron la tarde hasta
pasadas las siete cuando cada uno retornó a su casa para luego juntarse en el
centro social y disfrutar de una buena cena.
Aprovechamos
la ocasión para visitar el museo que se encuentra en Las Escuelas de la
localidad. Se trata de un museo pequeño, pero muy acogedor. En una de sus salas
se puede ver una escuela de los años 50 y 60. Lo que más llama la atención es
los cuadernos y las enciclopedias que había de esos años. Se les puede echar un
vistazo y ver los ejercicios que mandaban a los niños de esas décadas y aquello
que estudiaban como por ejemplo un mapa político en el que las Comunidades
Autónomas eran diferentes a las de ahora.
En otra
sala nos encontramos un homenaje a Los Diablos de Luzón. En ella hay tres
maniquíes con los disfraces típicos, además en una vitrina se pueden ver
diferentes caretas que representan a las botargas más famosas de la provincia.
Sin embargo, lo más llamativo son las fotos en 3D que se encuentran en el
centro de la sala y se pueden ver a través de unos visores sorprendiendo por su
gran calidad y que reflejan los lugares más característicos del municipio.
Tras
esa sala encontramos otra donde se puede ver una exposición con diferentes
obras de arte. Finalmente, también podemos descubrir distintos instrumentos que
utilizaban antiguamente para las labores cotidianas. En verano suelen realizar
conciertos los fines de semana en el patio interior para todos aquellos que
quieren disfrutar un poco más de esta localidad. El museo no siempre está
abierto al público, pero para visitarlo únicamente hay que llamar a este número
de teléfono 699 096 038.
Al lado de las Escuelas se encuentra una hermosa capilla
gótica que por desgracia no pudimos ver por dentro, pero así nos obligamos a
volver otra vez y seguir descubriendo los secretos que encierra este bonito
pueblo de la provincia de Guadalajara.
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