lunes, 13 de agosto de 2018

De tapas por León II

Hace un par de años estuve en León y la verdad es que la ciudad me enamoró, no sólo por su catedral que para mí es la más bonita de España, si no por sus bares de tapeo. Este año además la han nombrado Capital Española de la Gastronomía, por lo que sus establecimientos se han esforzado un poco más.

Como me gustó tanto la ruta de tapas que realicé hace un par de años, este año he decidido elaborar una diferente y estar más por el Barrio Romántico que por el Húmedo. La verdad es que este último me gusta bastante más, lo veo más auténtico con tabernas de toda la vida y el otro es más moderno, aunque probé algunas tapas exquisitas.

Del Barrio Húmedo no pude dejar de visitar los lugares que me encantaron de la anterior vez que visité León, el bar Jamón Jamón, que sigue triunfando con sus embutidos, aunque han cambiado el queso y tengo que confesar que este nos gustó algo menos. El Gaucho y su Gaviota, que se trata de una corteza de trigo rellena de ensaladilla diferente o la pizzería La Competencia y sus raciones de pizza de masa fina. También intentamos a entrar a otros como La Taberna Los Cazurros que la anterior vez nos gustó mucho, pero era viernes por la noche y estaban atascados.
Desde el Barrio Húmedo nos fuimos al Romántico que la verdad es que está a cinco minutos andando y la realidad es que al ser viernes por la noche estaba lleno de gente, pero no podíamos irnos sin probar algún que otro establecimiento. Entre los dos barrios se encuentra el Bar Las Tapas, la verdad es que en varios foros de internet había oído hablar de sus famosas sartenes y tengo que confesar que me decepcionaron un poco, ya que de cantidad están bien, pero de calidad dejan bastante que desear. Lo que sí merece la pena es su limonada.
Desde aquí nos dirigimos al Entrecalles, en este sí que triunfamos, incluso volvimos al día siguiente. En este establecimiento su tapa estrella son las patatas gajo con crema de queso y polvo de cecina y la verdad es que estaban deliciosas, luego pedimos una pulga y la verdad es que el relleno era un poco escaso, pero os recomiendo que busquéis este bar simplemente para probar sus patatas.
Al ser un viernes por la noche había muchísima gente y como nosotros íbamos con una niña pequeña buscamos un sitio más tranquilo donde tomar una tapa sentados y sin tanto bullicio y encontramos La Cocina, la verdad es que a simple vista las tapas parecían más básicas, pero tengo que confesar que estaban deliciosas. Pedimos un rollito de primavera bastante sabroso y una tosta de tomate y anchoas, que estaba deliciosa. Además, si acudís aquí no dejéis de probar su vermú.
Finalizamos el Barrio Romántico con uno de sus establecimientos más emblemáticos el Camarote Madrid y la verdad tengo que reconocer que me decepcionó, ya que pedimos dos tapas, la paella que me pareció bastante normalita y unas patatas que aunque estaban buenas no eran nada del otro mundo, por lo que me decepcionó un poco, aunque no descartó darle otra oportunidad.

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