Si queréis visitar una auténtica ciudad castellana no dejéis
de pasar por Lerma. Nosotros estuvimos allí un día y la verdad es que nos
encantó. Se puede recorrer con facilidad y su gastronomía, sobre todo sus
asados están para chuparse los dedos, por lo que hay gran movimiento de
turistas, sobre todo a la hora de la comida.
Nuestra primera parada fue en el Hotel Docar donde teníamos el alojamiento, se encuentra justo a la entrada del pueblo y la verdad es que tanto el trato del personas, así como sus instalaciones están geniales. Pagamos 43 euros un sábado de puente por alojamiento y desayuno y la verdad es que la habitación que nos dieron era muy bonita y muy espaciosa, incluso tuvimos un pequeño problema pero enseguida nos lo solucionaron y estuvieron muy atentos. Del desayuno cabe destacar su rica tarta de galletas. La situación es inmejorable, ya que se encuentra a cinco minutos andando del casco histórico, pero se puede aparcar con facilidad.
Tras dejar las cosas en el hostal dimos una vuelta por el
pueblo y buscamos un sitio donde comer. Casi todos los restaurantes tienen
menús para degustar el asado, nosotros nos decantamos por un típico de allí,
que se llama Casa Antón y ofrecían un menú de 53 euros, en los que incluía un ¼
de asado, ensalada de lechuga, pan vino y postre. La carne estaba en su punto
se deshacía en la boca y estaba muy jugosa. La única pega que no se puede
reservar mesa.
Tras una buena comida lo mejor es dar una vuelta por el
pueblo y ver su precioso centro histórico, en el que destaca su plaza porticada
y el Palacio Ducal convertido en Parador de Turismo. En esta ciudad también
destacan sus numerosas iglesias como conventos, en los que se puede adquirir
algún que otro dulce. Personalmente lo que más me gusto fue el pasadizo del
Duque de Lerma, así como la plaza del Convento de Santa Clara.
Si vais sin prisa podéis realizar la visita guiada que
cuesta cuatro euros y te enseña los lugares más emblemáticos de Lerma, nosotros
no pudimos porque justo era la hora de la siesta de la peque, pero la verdad es
que tenía muy buena pinta.
En el pueblo existen numerosas tiendas en las que comprar
regalos, en este caso y como no podía ser de otra manera, adquirimos morcilla
artesana de Lerma, en la tienda “El Portalón”, que tenía buenos precios en
comparación con otras, con ella he realizado unas deliciosas croquetas de
morcilla, cuya receta podréis ver mañana en el blog.
Si pasáis varios días en esta ciudad, en los alrededores
existen varios lugares que visitar como Covarrubias, El Monasterio de Silos o
el desfiladero de La Yecla, pero como nosotros nos dirigíamos hacía Burgos,
esto lo dejamos para un nuevo viaje.
Nunca visité esta ciudad pero debe ser muy bonita y acogedora, la tendré en cuenta. Besos.
ResponderEliminarNo la conozco, pero me la apunto en los sitios a visitar. Besos
ResponderEliminarLaura me encanta el turismo interior, se descubren cosas que tenemos relativamente cerca y que desconocemos. Estas escapadas de fin de semana, o de mini vacaciones, se disfrutan cantidad cuando el tiempo acompaña. Besos.
ResponderEliminarEstábamos pensando en la próxima escapadilla y mira, tu recomendación me viene estupenda pues no conozco Lerma.
ResponderEliminarUn beso.
Conozco muy bien Lerma, hasta incluso hemos estado un fin de semana allí, en un hotel rural. Estoy de acuerdo con todo lo que dices, sobre los lugares para visitar allí. El cordero creo recordar que fuimos a comer al mismo restaurante que has puesto, también nos gusto mucho el parador y siempre que entramos en Lerma camino de Cantabria, vamos a comprar dulces al convento de Santa Clara, las pastas de té nos encantan. Y te recomiendo Covarrubias, se come fenomenal y es un pueblo precioso. Igual que el monasterio de Silos, merece la pena visitarlo.
ResponderEliminarEn fin, me ha encantado tu escapada.
Un beso
¡Qué escapada más chula! Me la apunto para futuros puentes. ¡Un besote cocinera viajera!
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