De tapas por Zaragoza II

Zaragoza es una de las ciudades más turísticas de España y este año decidí acercarme por Navidad, la verdad es que merece la pena visitarla en estas fechas por todo lo que se puede ver en la plaza del Pilar desde atracciones para los más pequeños de la casa hasta un Belén enorme que se puede pasear y disfrutar. Sin embargo, ya sabéis que cuando voy a una ciudad lo que me gusta es disfrutar de su gastronomía y aunque ya había estado anteriormente en Zaragoza en esta ocasión decidí irme de nuevo de tapas para contaros cuáles fueron los lugares que más me gustaron.

Hace tres años ya estuve en Zaragoza y os mostró los lugares donde había estado sobre todo en la zona de El Tubo, aquí podéis ver la reseña que escribí: http://lacucharaenlamaleta.blogspot.com/2015/07/de-tapas-por-zaragoza.html. Sin embargo, en este caso como había mucha gente en la zona de El Tubo decidí moverme por otras zonas de Zaragoza. En El Tubo en el único lugar que repetí “El Champi”, ya que llegamos en un momento dónde no había mucha gente y probé un local nuevo “La Limpia del Tubo”. Es un local un poco pequeño por lo que siempre suele estar abarrotado, pero llegamos en un momento donde encontramos mesa y la verdad es que no me pude resistir a probar su montadito de pastrami y la verdad es que tengo que confesar que me encanto, ya que tenía bastante carne y estaba sazonado muy bien la salsa justa de mostaza y de pepinillo, por ponerle alguna pega le añadiría un pelín más de queso, pero la verdad es que está delicioso. El coste es de 3,50 euros, parecido al del resto de los establecimientos de la zona.

Si sois amantes del bacalao, entre la plaza del Pilar y el barrio de El Tubo se encuentra uno de los establecimientos más emblemáticos de Zaragoza, en parte porque lleva abierto desde 1929 y es “Casa Juanico”. El bacalao rebozado está muy bueno y además tiene diferentes variedades, así que puedes probar el mismo pescado con distintos ingredientes, el único problema es que suele estar hasta arriba.

Sin embargo, si lo que buscáis en una deliciosa tortilla de patata os recomiendo encarecidamente que visitéis el establecimiento “El Circo”. Se encuentra en la calle Jerónimo Blancas, cerca del Coso y la verdad es que tienen una tortilla deliciosa, fue lo que más me gusto de un bar que nos devuelve a tiempos pasados con tapas de toda la vida. Si vais también me gusto mucho el pimiento relleno de bacalao un pelín picante. Aunque si sois amantes de los pimientos, muy cerca de este establecimiento se encuentra el bar “Erzo”, donde para mi gusto están mucho mejor que los anteriores y además tienes infinidad de montaditos y tapas donde elegir desde tradicionales a modernas. Es un bar un poco pequeño, pero si conseguís sitio seguro que os quedáis un buen rato, ya que sus barras recuerdas a las del País Vasco y la verdad es que sus pinchos están de muerte.

Si allí no encontráis sitio justo al lado se encuentra el “Café Argüelles”, la verdad es que el precio está muy bien, aunque la calidad es un poco inferior a los dos anteriores, el rebozado no termina de pegarse bien al ingrediente y los fritos tienen demasiado aceite, pero la verdad es que probé una deliciosa alcachofa rellena y los torreznos también están muy ricos.

Sin embargo, si lo vuestro son los bocadillos os vuelvo a recomendar el “Snack Bar Siberiano”, que se encuentra en un antiguo mercado del centro donde preparan unos bocatas para chuparse los dedos. Os recomiendo el denominado Tocino de Mar, cuya receta podéis ver en el siguiente enlace, aunque aquí os dejo su extensa carta para que elijáis el que más os guste: http://lacucharaenlamaleta.blogspot.com/2015/07/tocino-de-mar.html.

Lo único que me quedó por probar son las famosas bravas del establecimiento “Calamar Bravo”, la verdad es que lo intentamos, pero la cola para esperar su famoso bocadillo de calamares y que el bar estaba lleno nos tiro para atrás. Eso sí nos fuimos al “Lizarrán”, que es un establecimiento que nos encanta y probamos unas ricas patatas con jamón frito y varias salsas que están para chuparse los dedos. Eso sí seguro que picáis en más de un pincho como hicimos nosotros, que probamos también unas quesadillas que estaban de muerte.