Uno de los días que estuvimos en Romo llovía así que
decidimos irnos a disfrutar de la ciudad de Pompeya que está más al sur y el
parte meteorológico daba sol, pero por desgracia estaba lloviendo, por lo que
fue un viaje un poco movido. Si decidís ir en coche como hicimos nosotros os
recomiendo encarecidamente que cojáis las autopistas, aunque sean un poco
caras, ya que si no el viaje se hará eterno. El coste del trayecto ronda los 50
euros ida y vuelta.
Sobre si merece la pena visitar Pompeya, todo dependerá de los días que vayáis a estar en Roma, yo la verdad es que me había leído varios libros sobre esta mítica ciudad y lo que sucedió allí y la verdad es que tenía muchas ganas de ir. Además, las ruinas están muy bien conservadas y te puedes hacer una idea de lo cómo vivía la gente. Eso sí queda todavía muchísimo por descubrir. La entrada al recinto cuesta once euros y podéis echar un día perfectamente, llevaros comida y hacer un pequeño pic-nic a nosotros por desgracia la lluvia nos destrozó los planes.
Lo peor del recinto es que no está señalizado por lo que os
podéis perder con facilidad y dar varias vueltas al mismo sitio hasta que
lleguéis a encontrar los edificios más emblemáticos como el teatro, el foro o
las termas. En muchas de las casas se pueden observar mosaicos y frescos de la
época. También hay que destacar lo bien conservadas que están las calles. Sin
embargo, lo que más llama la atención son las figuras de algunos de los cuerpos
que fueron encontrados bajo las cenizas, se aprecian los gestos que tenían
cuando sucedió la tragedia, incluso se le pueden ver hasta los dientes y la
postura en la que se encontraban. Si tenéis tiempo cerca se encuentra la ciudad
de Herculano y comprando las dos entradas te hacen descuento, sin embargo con
el día que hacía nosotros decidimos volver a Roma para seguir disfrutando de la
ciudad eterna.
El día que íbamos de Roma a Venecia decidimos realizar una
parada en el parque de Bomarzo, que se encuentra a una hora de Roma, por lo que
si vais varios días a esta ciudad os recomiendo que os acerquéis hasta este
lugar, ya que es un parque muy diferente a todos los que habéis visto con
anterioridad. El coste de la entrada es 15 euros y podéis pasar un par de horas
admirando sus diferentes esculturas realizadas en gran tamaño en piedra.
La escultura que más llama la atención es el Ogro, puedes
entrar por la boca de esta extraordinaria escultura, aunque la verdad es que
dentro no encontrarás nada más que una mesa y frescor si vas en verano. También
destaca la casa inclinada, el elefante, la tortuga, los dragones, diferentes
dioses romanos… Es un parque al aire libre muy diferente a todos los que había
visto con anterioridad con grandes esculturas de piedra que te dejarán
perplejo.
Qué estupendo viaje y qué lugares tan maravillosos, aunque a mí entrar en esta escultura de ogro me daría algo de miedillo, jeje... Besos.
ResponderEliminar¡Qué bonita Pompeya! Y tb el Parque de Bomarzo. Ahí no fuimos, así que es la excusa perfecta para volver a Italia!
ResponderEliminarUn beso